La idea de relacionar en un mismo espacio la obra de los artistas Douglas Argüelles y Jorge Wellesley es un hecho somático por cuanto la formación y los intereses intelectuales de ambos son similares y al mismo tiempo, opuestos.
Como soy uno de ellos, y conozco bien al otro, me atrevo a asegurar que nuestros puntos de contacto están dados por temáticas de tipo filosófica, semióticas, con preocupaciones hasta existenciales en un sentido del ser, la realidad y el lenguaje que hacen posible o no, el conocimiento de estos primeros. Otro nexo importante es el sentimiento generacional de no ser una generación definida por la historia del arte, aunque no definitorio de nuestras poéticas. Esto último, ha sido lejos de un defecto, algo medular en la no aceptación de metodologías que a la larga nos sean reconocidas como estilos.
En esencia las obras que se presentan comparten un gusto por el oficio y sobre todo dejan entrever las obsesiones de ambos por encontrar a través del arte un sistema que responda a cuestiones más allá de él, como la verdad, lo inasible, lo metalingüístico, etc. Investigaciones que subrayan la actividad humana, específicamente el arte y la ciencia, como espacios creadores de sentido. De un lado el discurso se muestra más evidente o directo, donde subyacen sutiles juegos semióticos, hasta la polisemia o la obra como pregunta, en Wellesley. Por el otro, las imágenes de Douglas son dotadas de un aura que dificulta la inmediata comprensión del universo del artista, y a la vez una mezcla de misticismo con objetividad científica; en ambos, el peso del lenguaje como supuesto vehículo idóneo para acceder al conocimiento.
Surface, se refiere a un término nacido de la informática y responde a la necesidad de crear otra realidad, que simule o supla lo real con sensaciones y apariencias similares al tacto o la vista. Metafóricamente lo usamos para referirnos a la superficie de las obras, a lo visual, pero sobre todo sirve de plataforma para sostener otros conceptos o criterios aun más trascendentales como la «creación de una realidad otra», «los límites de comprensión», «la lectura de la imagen como texto» y los diversos «metalenguajes posibles en el arte».
Jorge Wellesley, 2013.