Frágiles dominios

S.T

Por encima de sus dotes excepcionales como dibujante; mucho más allá de su profesionalidad y exquisitez como grabadora y sus excelentes cualidades como profesora, Dania Fleites es una hacedora de mundos. Mundos de intensidad lúdicra y conceptual, de profunda meditación filosófica e infinita riqueza semántica. Mundos que nos acechan, nos atrapan, nos retratan.
Quien tuvo la fortuna de conocer el trabajo de esta creadora desde sus inicios, sabe que Dania Fleites va superándose a sí misma en cada nueva obra. Como en un sofisticado e inusual juego de dominó, cada ficha contiene algo de la anterior pero, al mismo tiempo, aporta un elemento nuevo, tanto en el plano formal como en el conceptual. De allí la riqueza semántica de su producción, de allí, su constante renovación, su originalidad y su capacidad para deslumbrar.
Las obras que reúne esta muestra son un claro resumen de su labor creadora, con más de diez años de experiencia y varios premios nacionales e internacionales. Puede comprobarse su excelencia en el ejercicio del grabado, la pintura, el dibujo; su afán didáctico y, al mismo tiempo, cuestionador de las actitudes humanas; su fidelidad a ciertos elementos visuales caros a su razonamiento ético-filosófico como la vela, cuya llama va de los matices más brillantes a los más tenues según el sentido de su representación, llama de luz primigenia, esencial, confortadora, sosegante e iluminadora; a ella se suman ojos, bocas, orejas, cruces, máscaras, telarañas, seres ambiguos, conchas, árboles, y los llamativos genitales masculinos y femeninos enfrentados al espectador sin prejuicios ni temores, en una tensión constante que busca generar una reflexión que vaya más allá de la evidente referencia erótica.
Al caos figurativo predominante en algunas piezas se contrapone la rotundidad de la imagen única en otras, igualmente rica en metáforas y sentidos. Justamente esta muestra es también un resumen de muchos de los presupuestos temáticos sobre los que ha trabajado la artista: la incomunicación humana, la indolencia, la hipocresía, el enmascaramiento, las connotaciones sociales del juicio, las metas humanas, el machismo, los roles sociales, la tolerancia, entre otros. Todos ellos dibujados de manera impecable, delineados en paisajes extraños de colores precisos  el uso reciente del color ha sido una incorporación favorable y atinada que adiciona un peso importante a nivel semántico-, o expuestos con la crudeza y el cinismo que requiere su abordaje en correspondencia con su impacto a nivel humano, porque no es ajeno a Dania el humor, igualmente punzante, agudo, buscando el efecto descentrador, la voluntad del autoreconocimiento.
Dania Fleites construye y reconstruye sus mundos en cada nueva propuesta. La singular conjugación de elementos familiares para el espectador crea un exótico paisaje, de tonos, colores y figuras poco convencionales que conduce siempre al cuestionamiento o a la reflexión del ser humano sobre su propia esencia, y, a pesar de la filosidad y la extrañeza de sus obras, la belleza se impone en cada una de ellas.

Caridad Tamayo Fernández