Fade out

Fade out

Fade out coloca a Eduardo Rubén en una nueva  etapa creativa, tan sólida y trascendente como la que experimentó entre las décadas del ochenta y el noventa de la que se derivaron todos aquellos lienzos de arquitecturas sicodélica con los cuales alcanzó un protagonismo dentro de las artes plásticas cubanas. Aunque algunos pudieron haberlos asimilado con determinada extrañeza, y hasta quizás con no poca reserva, ahora sabemos que no fueron en balde los escarceos fotográficos que llevó a cabo durante los últimos 3 o 4 años, los registros desinhibido, suspicaces de la realidad cotidiana, porque a partir de ellos ha retornado con intensidad a la pintura, sin perder la obsesión por los espacios ficcionables. Luego de algún tiempo, el artista ha encontrado otro pretexto para poner a prueba su capacidad de invención, de entelequia pictórica, pero lo ha hecho a costa de tener que modificar ciertas percepciones y expectativas. Hace unos años nos mostraba un mundo alternativo para la fuga y el resarcimiento; hoy nos revela escenarios lúgubres, de desconciertos y caídas. Ayer nos invalidaba frente a determinadas disyuntivas de la cotidianidad, hoy parece ratificarnos dentro de ellas.

David Mateo
Septiembre 2008