Avalancha

Colectiva abril 2014

Avalancha

Voy de nuevo con Ale a fotografiar La Central Nuclear y La Ciudad Nuclear, en Juraguá, de nuevo me emociona ver el domo, la luna de cemento esconderse entre los plátanos. Recuerdo la emoción que me produjo la primera vez, pensaba encontrar unas ruinas y me encuentro un Taj Mahal de concreto, una aparición, un testigo de la historia, me emociona como la primera vez, para mí, esta siempre fue la foto, la primera visión. De nuevo tengo la sensación de entrar en el grado cero, en la zona, como el Stalker, de nuevo tengo esa sensación de que voy a ver una gallina con dos cabezas, un hurón con siete patas, concreto y concreto era lo que lo definía todo una vez más, la zona cero, entrabamos de nuevo en la zona, un núcleo mental, la cúpula como un cerebro, materia gris, «la arquitectura como un testigo insobornable de la historia», recordé la frase de Paz y luego la escrita en ruso y español en la boca del reactor: «que el átomo sea obrero y no soldado». Bajo la velocidad.

La proyección nuclear de Fidel, socialista, antiimperialista, utópico, lo recuerdo hablando en los 80 del proyecto, íbamos a solucionarlo todo. La Central Nuclear como una metáfora del margen que hubo siempre entre la realidad y su deseo, la zona fantasma. Muchas veces me he preguntado si la revolución cubana del 59 habría sido posible sin la personalidad de Fidel. La historia de Cuba es una historia de enfrentamiento a grandes fuerzas, quizás la luna de cemento sea la expresión de esto mismo. Aminoro la velocidad todavía más, el domo, que se había escondido entre los plátanos reaparece poco a poco entre el marabú. La carretera se llena de baches, de vacas, esta vez debo escribir algo sobre esto. Todo está más seco. Campins me ha pedido que haga un texto para la exposición donde Ale va a exponer las fotos de La Central y La Ciudad Nuclear, junto a una serie que tiene él de la comunidad de Minas de Frío, una comunidad abandonada en La Sierra Maestra y unos cortos de Capó. La vez anterior habíamos querido venir con él también, pero no pudo ser.

– tú viste los documentales de Capó?- le pregunto a Ale.

-Esta zona es árida- me dice mirando hacia afuera- me recuerda una frase, creo que de Las palmeras salvajes, de quién es eso? de Salinger?

-Faulkner?

-Bueno, yo utilicé un texto, sea de quien sea, el texto hablaba de un lugar donde lo que crecía, crecía con trabajo, pero que se moría con trabajo también.

-Una tundra?

La carretera serpentea, desaparece la cúpula, cruce de caminos, carreta, perro negro corriendo a mi lado. Así es un poco la historia de Cuba, de riqueza para pocos, una realidad de tundra, pienso, de miseria, miseria blanca y negra, este lugar es especialmente así, una zona cero, iba a relanzarse con lo de la petroquímica y ahora todo eso está parado, no sé si por la muerte de Chávez o qué, naves enteras vacías, sonido de hierro que cae en un lugar abandonado, un fatum.

-Te preguntaba por los documentales de Capó que son parte de la curaduría de Campins, porque vi uno en el que no puedo dejar de pensar, no es uno de los que va a estar en la exposición, creo que se titula Nos quedamos, es acerca de un pueblo que ha sido invadido por abejas, las abejas viven adentro de las paredes, empieza con una imagen muy fuerte, la imagen del ojo de una mujer, una vieja, un ojo blanco nublado sobre una piel negra, tengo esa imagen en la retina, se mueve junto conmigo.

Las abejas pican a la gente en los ojos, a los animales y los dejan ciegos, al menos hay varias imágenes de ojos picados por abejas y como dos testimonios de ciegos.

-Yo le dije a Campins que te hablara para lo del texto.

-En realidad le dije que le daría parte del libro que estoy escribiendo, le propuse llevar mi libreta de notas, que el catalogo fuera mi libreta de notas, o mi teléfono, que es donde estoy escribiendo ahora, pero no le gustó la idea. Dice que tendría que pedir permiso para ello a la gente de la galería, darle tratamiento de obra.

-Yo pensé que le iba a gustar eso, por la manera en que está concibiendo la exposición, como algo múltiple, video, fotografía, pintura.

-Ya tu viste los documentales?

– Creo que vi uno.

– Hay otro que es sobre un tipo que vive en un barco abandonado, cerca de una zona industrial, es un ermitaño pero tiene esa mecánica Stalker también, post industria, destrucción, soledad, como el edificio abandonado de La Ciudad Nuclear. Hay otro que se titula Inercia. De alguna manera tiene relación con La Central, lleno de hierros abandonados, llenos de un olvido, de una derrota, de un vacío. Aunque el Stalker tiene eso de amenaza, de sobre natural, de cualquier manera el documental es acerca de gente que va hacia una ruina, un central desmantelado, El central Hersey, un pueblo que perdió su centro, su razón de ser, su núcleo.

– «Una realidad de atrezo,donde cuesta trabajo crecer, pero donde lo que nace no muere fácilmente» creo que es así la frase, la he utilizado a veces de statement. Más bien lo que he utilizado es mi interpretación de la frase.

-Una realidad de atrezo, no una tundra, arbustos secos, hay algo en esas pinturas que Campins me enseñó que me da un poco de inquietud, como esas cosas de Peter Doig, o los cuentos de Catedral, de Carver, como si hubiese una tensión, me intriga esa habilidad de Campins de hacer un paisaje con casi nada, realidades que parecen interminables con casi nada, me gusta su sentido del paisaje, aunque no sepa bien que es esto, su sentido pictórico, está más allá de la técnica, lo hace igual en una piedra de pocos centímetros que en un lienzo grande, una sensación de infinito, de espacio.

Reaparece La Central. Ahora el panorama es mucho más árido, ha habido un incendio. Parqueamos en la orilla, se puede sentir la electricidad corriendo por los cables que van hacia «La ciudad atómica». El campo tiene un tono negro, un tizne, las nubes se esconden, cambia la luz en un minuto. Pienso en la relación que tiene la historia con la materia, un interés por lo humano, la sensación de abandono, un readymade pero a la inversa, lo nunca made, una realidad técnica asaltada por algo orgánico.

Al final cuando los hombres se retiran el resto de la naturaleza invade, no me siento atraído solo por el espacio, por el paisaje, me siento atraído por el material con que están hechos, restos de tuberías transformados en tanques para el agua en casa de los guajiros, en Cuba la materia no se destruye, se reutiliza, la historia como algo poderoso y vulnerable al mismo tiempo.

Policía :-carnet.

El sol se esconde en una nube.

-No pueden permanecer.

-Marce mira a ver el sol.

Frente frio, viento, las nubes corren, la luz se vela, el sol.

Ni La Central ni el edificio llegan a ser ruinas como los lugares de Campins en Minas de Frío, o el barco del ermitaño en el documental La Marea o El central Hersey; la ruina de estos edificios está en otra categoría, son ruinas que nunca tuvieron uso, lo que se arruinó en estos edificios no fueron los edificios en sí, sino la idea, el propósito para los que estuvieron concebidos.

-Marce, mira el sol. Me hace falta un poco luz encima de la cúpula, contraste.
-Me gustan las nubes grises.

-No pueden permanecer.

El policía es amable, le explicamos. Termina hablando de fotografía con Ale. Yo miro al domo, la inmensidad de la ruina, la inmensidad de la utopía. El tiempo no solo cambia las cosas y nuestra percepción sobre las cosas, nuestra percepción sobre las cosas cambia aunque el tiempo no las cambie.

Discursos de los ochenta, televisor Caribe, blanco y negro, sillones.

-Vi una publicación en Facebook- me dice Ale- una fotografía de un casete y un lápiz, tenía letrero que decía: «nuestros hijos no van a entender la relación entre estas dos cosas». Y es cierto, yo iba a las fiestas con un lápiz y un casete en el bolsillo para rebobinar los temas.

Nadie de menos de 30 años va a entender nuestra fascinación por La Central Nuclear. No vivieron el momento, no escucharon los discursos. Mis sobrinos de 8 y 10 años no han vivido bajo la presidencia de Fidel, al menos no conscientemente. Extraño aquella sensación que tenía cuando era niño de vivir en un país que progresaba, un país con futuro.

-Creo que el título va a ser sinfonía inconclusa para un despertar atómico- Me dice.

Policía de nuevo.

– y ese aparato que hace, escanea? saben qué es este lugar?

Lo que más vueltas me da en la cabeza de todos estos paisajes, de todos ellos, los del barco, los de Minas de Frío que ha pintado Campins, por lo menos para mí, es la vulnerabilidad, aún el Taj Mahal de concreto, que debe de ser una de las construcciones más sólidas jamás construidas en Cuba, es vulnerable. No sólo iba a ser vulnerable a un hipotético meltdown, como dicen los yumas, derretido hacia abajo, sería la traducción literal, dicen que es lo que ocurre; es vulnerable al tiempo, vulnerable a la historia, y sobre todas las cosas, vulnerable a nuestra manera de percibirlo.

No escapa de mí la primera imagen, la primera emoción, la luna de concreto saliendo entre los platanales, era tan, tan real. Una realidad post industrial, distópica. La primera vez que vinimos no pude evitar ver La Central como eso, un día después de la guerra fría, una superficie bella, derrotada, un paisaje puro, despojado de utilidad, una idea en expansión que se contrajo, una estrella enana. Hoy no veo otra cosa que la complejidad de la historia y dentro de eso, la complejidad de la utopía. Hoy no veo más que lo humano detrás de la luna de cemento, más que lo humano detrás de Minas de Frío, de la cancha olvidada. Voces en el tren, la Inercia como una expresión de fuerza, pero también, la inmovilidad. La historia de Cuba como la historia de enfrentamiento a grandes cosas. Quizás la luna de cemento sea la expresión de esto mismo. La expresión de la utopía, o metáfora de El viejo y el mar, luchar contra los elementos, contra las fuerzas cambiantes de la historia para llegar sólo con las aletas del tiburón a la orilla.

De nuevo esa sensación de estar en la zona, la sensación de estar frente a algo que iba a tener la suficiente energía como para desencadenar un evento masivo. El estante de la planta nuclear de meseta en casa de los guajiros. «El encuentro fortuito de un paraguas y una máquina de coser en una mesa de disección» Lautréamont?, el ladrido de un perro, lo blanco del ojo, blanco avispa, baterías para la televisión, baterías de carro para la luz. «Todas esas cosas que por el hecho de estar juntas llamamos universo» Borges? Un lápiz, un casete, Unión Soviética, Cuba, USA, guerra fría. Iba a ser una central nuclear, pero, lo es?, íbamos a ser un país comunista, pero…?

Nos metemos monte adentro entre el marabú quemado, Ale parece un pintor del siglo XIX, ahora con trípode, y aparatos de escanear y policía, siento que su relación con el paisaje es similar, a la de Campins y Capó. Los tres comparten esa fascinación por el paisaje, por lo humano dentro del paisaje.

-Marce mira al sol.

-Va a estar escondido por un tiempo.

La luna de cemento, un sol que se esconde. Plátanos.

Fragmento del libro La tradición despótica. Marcelo Morales.

Obras

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