OTREDADES

OTREDADES

YAMILÉ TABIO

MOISÉS FINALÉ: LA BELLEZA RADICAL

En ese ir y venir cruzando el océano, Moisés ha encontrado un estilo que lo identifica, una marca, un código lo suficientemente inclusivo como para permitirse la asunción constante de nuevas técnicas y estrategias expresivas.

La sinergia perfecta entre la escultura y la pintura, la palabra y el color, hacen de Otredades, una realidad huidiza; la desazón poética figura en el desconcierto que encierra la utilidad de todo lo que hace, incluyendo ese artificio de las musas que describe al mundo que cantan los hombres. Las musas de Moisés acompañan estas voces con la narrativa de sus obras pictóricas que son también el silbido que deja escuchar la voz que habla dentro de su cabeza. El artista va borrando los rastros que dejó y viceversa, su obra va abriendo una ruta, una huella que quizás no coincidirá con la del espectador; sus dudas son otras, otras son sus pausas, sus signos, sus presunciones.

La impronta casi gestual, convierte estos petos protectores en artefactos que lindan con la abstracción y la figura, el artista ha aprendido a disfrutar el oficio como un juego con las formas. Hay en estas piezas un lirismo indiscutible, una belleza radical. Moisés se confiesa, aparece en su universo el “Soldador” de Adigio Benítez, aparecen las esculturas blandas de Louise Bourgeois, aparece ese sentimiento de otredad que lo embarga.

Sería instructivo preguntarle al crítico, al público que disfruta de su arte, qué es capaz de percibir debajo de los diálogos de estos petos, qué es capaz de intuir de aquellas minúsculas acciones que subtienden y empujan el diálogo y le dan así su verdadera significación: nos sorprenderíamos de la vastedad de esas adivinaciones. Bajo este contexto, la identidad y la otredad van de la mano.

Moisés fabula y recrea sus mujeres en ese juego aparentemente bidimensional; sus obras denotan cierta intencionalidad de jugar en el mismo soporte con lo planimétrico y lo volumétrico. Una suerte de ekeko -amuleto para atraer prosperidad y abundancia- corona la última sala, su Vendedora de amores traslada de un sitio a otro los pregones de una Habana que sueña, una Habana enrarecida, amparada por la música del maestro Emilio Martini. El rejuego con el espacio convierte esta pieza escultórica en una puesta en escena, una obra sólida, introspectiva, narrativa.

Otredades es el resultado de un lenguaje propio, que nos ofrece un arte con dimensiones antropológicas y vocación intercultural donde los colores y los contrastes dan toda su autenticidad a los misterios que esconden.

   La Habana, primavera de 2023